Marta Sánchez López-Lago, liderando la logística frigorífica por carretera en España

«Pasé, literalmente, de los violines a los camiones»

Marta Sánchez López-Lago, Administradora y CEO de Transportes Frigoríficos NARVAL, asumió el reto de hacerse cargo de NARVAL Logística Frigorífica (Narval.es), una empresa de 150 empleados y decenas de camiones en un sector industrial. Se enfrentó a un desafío adicional que fue incorporar a la segunda generación familiar en la empresa familiar y sustituir a la figura del fundador, su padre. Madre de 4 hijos, ha logrado conciliar familia y empresa familiar con un tránsito profesional más brusco del que ella podría haber esperado. Marta explica a Woman Leader cómo pasa de trabajar en una organización que promueve la música clásica a moverse en el sector de la logística, tradicionalmente dominado por hombres.

Marta Sánchez López-Lago, CEO de NARVAL Logística Frigorífica

Pasé, literalmente, de los violines a los camiones

Marta, cuéntanos en pocas palabras en qué consiste tu negocio.

La logística frigorífica es la que hace posible que todos tengamos alimentos de alta calidad en todo momento del año, en cualquier lugar de España.

Algo tan sencillo como tener en el supermercado o en el restaurante más remoto un yogur a su adecuada temperatura, carne en perfectas condiciones o helados listos para consumirse, es el milagro que consiguen miles de personas trabajando en logística.

Cuando entro en un restaurante o en un supermercado lejos de la carretera, aún me admiro de pensar que todo aquello se ha logrado con mucho esfuerzo de mucha gente.

El reto de la logística por carretera es enorme, si es alimentación, aún mayor, pero si además tenemos que mantener una cadena del frío constante, el tema alcanza niveles de complejidad muy elevados.

Logística frigorífica Narval

¿De dónde surge la idea? ¿De dónde surge la empresa NARVAL?

La actividad familiar en transporte se remonta a principios del siglo XX, cuando la familia de mi padre empieza a realizar transportes con una empresa que fue mítica en su momento, Empresa Montaña. En los años 80 mi padre, que había trabajado para la empresa tanto en su Galicia natal, como en otros lugares de España, decide fundar su propia empresa en Extremadura. Nacen así las dos empresas de nuestro Grupo “Extremadura Express” y “Narval Logística Frigorífica”.

La idea era conectar zonas con una gran presencia de industria alimentaria como Galicia, Extremadura y Andalucía con los mercados nacionales e internacionales. Asimismo, traer distribución moderna a regiones que en estos años evolucionaban enormemente.

Aunque ahora cubrimos toda la península, mantenemos ese eje Gallego-Extremeño muy pegado a nuestro espíritu de compañía.

¿Qué es lo que más te costó al arrancar el proyecto?

Fue muy brusco porque provengo de un sector totalmente distinto. Pasé, literalmente, de los violines a los camiones. De ser directiva en una fundación peleando proyectos europeos a revisar un palé que no está montando en el camión a la hora adecuada.

Pero sobre todo fue especialmente duro porque coincidiendo con mi incorporación en 2006, a mi padre se le diagnostica una enfermedad, de la que acaba falleciendo dos años después.

Lo que iba a ser la gran ilusión de trabajar junto a mi padre para ayudar a una nueva fase de la empresa, se acaba convirtiendo en el doble esfuerzo de asumir y acompañarle en la enfermedad, y sustituirle en una empresa fundada y dirigida por él hasta el menor detalle. Y lo más duro, sin su presencia por causa de la enfermedad.

Para completar el cuadro entro en plena explosión de la crisis. La tormenta perfecta.

Marta Sánchez López-Lago, CEO de Logística Frigorífica NARVAL

¿Qué novedades aporta tu empresa y qué has incorporado al proyecto?

Mi reto ha sido el de la profesionalización y preparación de la empresa para el tránsito hacia su tercera generación en el plano interno. Trabajar con mi familia en construir una empresa en la que todo el activo familiar tenga su cabida y a su vez permita el crecimiento de la empresa.

Y en el plano externo, adaptarnos a unos clientes y una industria cada vez más exigentes y en la que un minuto, una fracción de grado Celsius de temperatura supone la fina línea entre el éxito y el fracaso.

El crecimiento comercial, de equipos, de nuevos sistemas acompasándolos con una fase de crisis económica no ha sido fácil.

Además, es complejo ser propietario, en mi caso ser parte de la familia que sostiene el proyecto, y no caer en la tentación de “hacerlo todo”, sino dar paso a que los profesionales tengan su responsabilidad.

Y en el plano externo, adaptarnos a unos clientes y una industria cada vez más exigentes y en la que un minuto, una fracción de grado Celsius de temperatura supone la fina línea entre el éxito y el fracaso.

¿Qué aporta la tecnología a tu negocio? ¿Es la tecnología un factor de futuro?

Es esencial, y es una de las claves de lo que estamos haciendo. No solo tecnología, la gestión de equipos humanos, sino también los sistemas modernos de gestión como “Lean” que nos permiten afrontar retos de forma rápida. Detectando oportunidades y adoptándolas muy rápidamente. Un ejemplo es que hemos sido pioneros en la adopción del MegaCamión.

Y llegábamos a pedir los permisos a las autoridades correspondientes que ni siquiera sabían de lo que estábamos hablando. Esa agilidad es clave para los nuevos retos, incluso en sectores tan maduros como el nuestro.

¿En qué fase está el proyecto?

Estamos rematando esa profesionalización con equipos directivos y medios, y preparando la empresa para esa continuidad generacional. En términos técnicos estamos tratando de adaptar lo mejor de la tecnología y retos nuevos, como por ejemplo nuevas formas de energía para los camiones.

Imagina analizar el impacto en 55 rutas de la inteligencia artificial para mejorar los recorridos, o del impacto en los resultados de adoptar un camión híbrido demasiado pronto o demasiado tarde. Y estar al día de pequeños cambios que pueden resultar clave en tres o cuatro años.

¿Qué planes tiene NARVAL a medio plazo?

Crecer de forma acompasada de la mano de nuestros clientes, manteniendo relaciones a largo plazo. Ese es nuestrotoque “personal”, que se conjuga con el ser una empresa familiar: estar muy cerca del cliente sabiendo que estamos para un proyecto juntos de largo recorrido.

Eso genera una relación distinta, más sana y en la que todas las partes salen beneficiadas.

¿Es el sector logístico “un mundo de hombres” o es solo la imagen desde fuera?

No podemos obviar que la imagen es de un sector muy “rudo” de aspecto: trabajo de noche y madrugada, polígonos, camiones, carreteras, cargas pesadas y cámaras de frío….

Pero hay muchas mujeres en este sector, en posiciones clave, y todos -hombres y mujeres- haciendo los sacrificios que exige que un camión llegue de madrugada a un sitio para que alguien pueda tener un producto perfecto en su mesa de hotel a primera hora de la mañana.

No podemos obviar que la imagen es de un sector muy “rudo” de aspecto: trabajo de noche y madrugada, polígonos, camiones, carreteras, cargas pesadas y cámaras de frío…. Pero hay muchas mujeres en este sector.

¿Crees que estás teniendo reconocimiento externo a tu labor?

Sinceramente no es mi objetivo, más allá de tener equipos humanos que se vuelcan en el proyecto y clientes que confían.

Pero no puedo ocultar que me produjo enorme emoción el año pasado cuando en mi propia tierra, me otorgaron el premio de Mujer Emprendedora del año. Cuando subí a recogerlo, en mi tierra y pudiendo agradecer a mi equipo, a mi padre, a mi familia y a nuestros clientes, debo decir que sentí el orgullo de lo que estamos haciendo.

Marta Sánchez López-Lago, CEO de Logística Frigorífica NARVAL recibiendo el premio Mujer Emprendedora del año

Son muchos los kilómetros de ruta que he tenido que hacer de noche para poder llegar a dormir a casa y poder desayunar con mis hijos. Y mucha ayuda de mi familia intercambiando niños a mitad de camino a Extremadura para mantener los lazos

¿Es la conciliación complicada cuando se dirige una empresa como la tuya y siendo además madre de familia numerosa?

Claro, ese es el “otro reto logístico” que comparto en equipo con mi marido. Y con cuatro hijos la complejidad se multiplica.

Son muchos los kilómetros de ruta que he tenido que hacer de noche para poder llegar a dormir a casa y poder desayunar con mis hijos. Y mucha ayuda de mi familia intercambiando niños a mitad de camino a Extremadura para mantener los lazos.

Pero es un esfuerzo que está asumido cuando tomas la responsabilidad de tener hijos. Y lo que tienes de retorno es tan grande que compensa con creces los sacrificios. Muchas cosas duras en el trabajo no las hubiera superado sin los dibujos o llamadas de los chicos. O un sencillo abrazo al irme.

Montar reuniones a primera hora en el otro extremo de España y hacer todo lo posible para poder llegar a casa. Eso sí que es un reto logístico.

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