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Madre y empresaria ¡Todo un reto!

MADRES TRABAJADORAS

Todas las que somos madres sabemos lo que esto implica. Desde que el bebé nace se convierte en el centro de atención de nuestra existencia. Todo lo que hacemos lo medimos según su patrón. Surge para nosotras una nueva escala de valores o modificamos la que ya tenemos.

No obstante, seguimos siendo las mismas. Poco ha cambiado en nosotras, excepto que ahora un ser chiquitín depende de nuestros cuidados. Pero este bebé crecerá. Cada edad nos planteará unas necesidades y atenciones distintas. Y seguirá creciendo hasta que un buen día haga su vida.

Será este el momento en que echaremos la vista atrás. ¿Cómo queremos contemplar ese pasado irrepetible? Sin duda, la respuesta está clara. Con buenas sensaciones y un sonrisa en el rostro. ¿Qué has hecho en tu vida? O mejor dicho ¿Qué has dejado de hacer?

Ante estas preguntas, surgen con fuerza los testimonios de las mamás trabajadoras, que deciden montar su propia empresa. ¡Todo un reto para ellas! ¡Todo un logro para sus vidas y desarrollo personal! Hay que tener en cuenta que pocas son las mujeres que hoy en día se limitan a la crianza exclusivamente.

El modelo de maternidad ha cambiado. Las nuevas mamás no priorizan en su vida el hecho de serlo. Ahora se tienen en cuenta valores como adquirir una formación, conocer muchos lugares, personas y adquirir experiencias. Así, de esta manera el primer hijo se retrasa cada vez más.

Pero una vez que llega, toca compaginar y adaptar los ritmos, sin tirar nunca la toalla. Para las que somos mamás y además estamos al frente de una empresa, el trabajo se duplica (se triplica si tiene más de un niño), pero hay que seguir adelante. El hecho de que sea más difícil no lo convierte en imposible.

Conseguimos desarrollar una tenacidad diamantina, que hace que cada mañana al levantarnos, tengamos muy claros nuestros propósitos.  Además de esto, lo que nos define es la capacidad de superación. Si podemos llegar hasta este punto, podemos ir mucho más allá en nuestros objetivos.

Empresarias, profesoras, científicas, peluqueras, comerciantes, hosteleras y otros tantos sectores, forman la gran comunidad de madres profesionales y empresarias. Más que un reto para nosotras es una forma de vida. El tópico dice que el día debería tener 28 horas (o más), y aún así nuestra jornada parece no acabar nunca.

Merece la pena intentarlo, ¿por qué no tener en la vida todo lo que se desea? La maternidad no es para nada un obstáculo. Es un bello complemento, que hace que nos hagamos cada vez más fuertes y podamos reponernos más fácilmente a las adversidades.

¿Por qué una mujer ha detener sus aspiraciones laborales cuando es madre? El hecho de serlo no impide seguir adelante con tu negocio. Lo que lo limita son la falta de ayudas: cuando el padre falta, la familia está lejos, no hay plazas de guardería, etc.. Otro reto más, sin duda. Y aún así, sigue mereciendo la pena intentarlo.

 Como diría el gran Gabriel García Márquez: “Di que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientes, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si contestas que no”.

¡Apostemos porque la conciliación sea posible!