- Establece tu rutina para mantener tu energía durante la jornada laboral.
Para mantenerte con una buena actividad y altos niveles de energía durante la semana establece tu rutina: acuéstate temprano y levántate temprano, intenta mantener estables tus horarios de sueño, esto te ayudará a descansar mejor, ya que estás programando a tu mente a que esas son tus horas de descanso. Realiza tus tareas en intervalos en lugar de hacerlo en varias horas seguidas. Interrumpe tu trabajo cada 60 minutos y dedícate un breve espacio de 5 minutos a levantarte, beber agua o comer algo sano y luego vuelve al trabajo. Esto te ayudará a aprovechar mejor tu día.
- Empieza tu jornada de trabajo la noche anterior.
Planificar en tu mente la jornada del día siguiente te ayudará enormemente cuando te pongas manos a la obra. Todas las noches haz una lista en un cuaderno de lo que tienes pendiente por orden de importancia. Este ejercicio te ayudará también a liberar tu mente durante la noche y dormirás mejor.
- Empieza con la tarea más complicada o la que menos te guste
Seguro que nada más llegar a la oficina por la mañana te encuentras con mayor energía. Aprovecha este momento para hacer la tarea más complicada del día o aquello que menos te gusta. Esta rutina te ayudará a evitar procrastinar pues a medida que avanza tu día irá bajando tu energía y es posible que, con el cansancio, tiendas a dejar para otro día esas tareas que no te gustan demasiado.
- Realiza las tareas más cortas en la primera mitad del día.
Esto produce un efecto muy potente para tu autoestima, si al medio día has cumplido el 60% de tus tareas, esto te dará un impulso adicional para cumplir las demás.
- Divide tus grandes actividades en pequeñas tareas que demanden 30 minutos o menos.
Para mantener la concentración y la energía es bueno realizar esta división de tareas. Además si una actividad determinada se vuelve monótona, puedes al acabar iniciar una tarea de otro tema para luego volver al anterior. La variedad te aportará energía extra.
- Evita las distracciones.
Vivimos en un mundo tan conectado que ya nos cuesta mucho pedir espacios de concentración. Siempre que sea posible, pide de forma específica que no te interrumpan cuando tengas que hacer determinadas tareas. Desconecta teléfonos, cierra ventanas de chat y no leas el correo. Destina un tiempo determinado, dos o tres veces al día para leer el email o consultar las redes sociales. Cíñete a ese tiempo preestablecido y no le dediques más, en caso contrario tus tareas estarán constantemente interrumpidas con mensajes, emails o llamadas y te costará mucho más completarlas.
- Delega o pide ayuda.
Delega aquellas tareas que no requieren tu atención directa o que puedan ser desarrolladas por otra persona. Dedica tu tiempo a aquellas tareas a las que tu persona verdaderamente aporte un valor. Si no tienes dinero para contratar a nadie, siempre puedes pedir ayuda en las tareas más sencillas a personas de tu entorno.
- Realiza una cosa a la vez.
Ser multitarea es fantástico pero es para ordenadores. Si las tareas que debes hacer requieren de tu talento, atención y creatividad, será mejor que dividas, te concentres y no intentes realizar más de una tarea al mismo tiempo. Procura hacer tu plan del día y ceñirte a él, sin interrupciones. Si de pronto te viene una idea valiosa a la cabeza, simplemente anótala y proponte desarrollar o pensar en esa idea al día siguiente.
- Atiende imprevistos.
En todo trabajo siempre se producen imprevistos, atiéndelos diligentemente y después vuelve lo antes posible a tus tareas programadas. No pasa nada si no has podido completar las tareas que tenías programadas en el día, añádelas a la lista de tareas a realizar al día siguiente y prioriza, lo importante es que tengas un plan y te ciñas a él, pero con siempre con flexibilidad.
- Evita a los ladrones del tiempo.
¿Cuántas veces nos encontramos en una conversación en la que estamos pensando que debemos ponernos manos a la obra y no sabemos cortar? Hay personas que no controlan el tiempo, personas que hablan y hablan en una conversación intrascendente de pasillo y personas que te interrumpen de forma constante con temas personales que pueden abordarse después del trabajo. Concéntrate, tu objetivo es rendir al máximo y no quedarte a vivir en la oficina. Así que no pierdas el tiempo. Al iniciar una conversación, indica a la otra persona de manera educada cuánto tiempo tienes disponible. Si la conversación se extiende, córtala y propón a la otra persona veros otro día y tomar algo. Lo entenderá.
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