Nos recibe en su despacho a primera hora de la mañana con energía y sentido del humor. Aunque es temprano, ella ya ha aprovechado el tiempo, ha corrido 10 kilómetros y se ha preparado un tupper para comer. La clave de Begoña Villacís es organizarse de forma efectiva, ir a lo práctico y rentabilizar cada segundo para, como ella misma dice, poder saborear la vida. Nos confiesa que siente que sí, que lo ha logrado, que está equilibrando.
Implicada y exigente con ella misma, antes de dedicarse a la política y llegar a ser portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, ese Madrid que sueña convertir en una ciudad limpia y sostenible medioambiental y económicamente, se ocupaba de luchar por los derechos de las personas. Era Responsable de Derecho Tributario, Laboral y Mercantil en Legálitas.
Ahora simplemente ha ampliado el campo de actuación a todos los ciudadanos madrileños.
Abanderada de la transparencia, empezó a colaborar con Ciudadanos por amor al arte y en solo dos años, se ha forjado una carrera política meteórica, que la pone en el camino de la alcaldía. Abogada de vocación temprana, Begoña es una gran mediadora, se rige por el sentido común y no le gustan las etiquetas.
Le apasiona el cine clásico, como lo desvelan algunos libros de su estantería y un cartel gigante que preside la pared del fondo en el que aparece Audrey Hepburn. Me ofrece un café y desayunamos con Holly Golightly de testigo. Es analítica, espontánea, sensible e idealista. Le acompañan las fotos de sus hijas sobre su mesa. “Una de las razones por las que me he metido en política es precisamente por mis hijas”.
Me dispongo a saber más de Begoña como política y como mujer, y claro, no puedo dejar de preguntarle por la mayoritaria presencia femenina en las portavocías de los grupos municipales en el consistorio madrileño.
ENTREVISTA A Begoña Villacís en WOMAN LEADER
En el Ayuntamiento de Madrid no hay problemas de paridad de género. La tasa de representación femenina ha estado hasta ahora en el 100%.
Sí en Madrid somos muchísimas más, abrumadoramente más.
Y con esta circunstancia, cuéntanos, por tu propia experiencia si en política las mujeres tienen una forma de liderazgo diferente a la de los hombres. ¿Qué aporta el liderazgo femenino a la política?
Yo creo que sí, que se han producido cambios, que sabemos dialogar distinto, creo que tenemos una sensibilidad que es muy necesaria en política. Porque es una cualidad buena, la mires por donde la mires, la tenga un hombre o la tenga una mujer. También creo que destaca en nosotras algo que también se va extendiendo en el terreno masculino, que es la empatía. Si entiendes los problemas que tiene más del 50% de la población, puedes empatizar más con ellos. La empatía es una cualidad intrínseca muy útil y necesaria cuando tienes que gobernar a otros, entenderlos, ser sensible a las necesidades que tienen.
En España tenemos unos horarios laborales, escolares, comerciales y de ocio alargados como no pasa en ningún otro país y así se hace difícil la conciliación real. Algunas de las ideas que desde tu partido se proponen para ayudar a las familias: reducir el tiempo que los trabajadores dedican a la comida, adelantar la hora de entrada como la de salida y apostar por la flexibilidad. Danos más detalles del Pacto Nacional por la Racionalización de Horarios, para modificar la jornada laboral y asemejar los horarios a los europeos.
El desequilibrio y la disparidad de horarios que hay con respecto al tiempo de dedicación a la familia es un síntoma de que no tenemos una sociedad equilibrada en ese sentido. No puede ser que todo tu tiempo te lo consuma el trabajo. No tiene sentido que no puedas disfrutar de ratos de ocio con tu familia. Y, además, es un elemento que produce otro desequilibrio y tiene que ver con el género, porque al final hay que plantearse cuál de los dos en la pareja se encarga de los hijos y generalmente se suele tender por el que menos gana.
Como consecuencia de la brecha salarial, la que menos gana es la mujer, así que es la mujer la que acaba restándose oportunidades, restándose posibilidades a sí misma, con el fin de poder conciliar y estar por la tarde con sus hijos. Estos horarios con los que las mujeres no pueden competir en condiciones de igualdad producen al final un gran desequilibrio a nivel de género.
Lo que nosotros decimos es que las mujeres no queremos competir en presencialismo. En presencialismo siempre va a haber a lo mejor un hombre que se quede más tiempo en la silla, y llega a tiempo a su casa, digo a tiempo, a dar el beso de buenas noches… Yo no quiero competir con eso, quiero competir por productividad.
Si queremos ser un país productivo, un país feliz, lo que tenemos que poner sobre la mesa es eso. Así que sí, creemos en la intensificación de la jornada de tal manera que podamos salir a una hora razonable. La gente prefiere estar con su familia y tiene ese derecho. Se puede comer perfectamente en una hora, todos lo sabemos, sobre todo los que comemos de tupper, como es mi caso. Y luego llegar a tu casa para poder supervisar los deberes de tus hijos o hacer cualquier cosa por ellos.
Cuando mando un correo electrónico para concretar una reunión pongo la hora de inicio y la hora de fin de la reunión, eso también es importante, condensar lo importante y no divagar.
Además de las acciones en materia política y legal, las empresas tienen que ser también el motor de gestión del cambio. ¿Cómo se puede incentivar la conciliación en el ámbito empresarial si se siguen poniendo reuniones a las siete de la tarde?
Es una de las cosas que propusimos, que no se deberían producir ese tipo de reuniones. Pero hay cada vez más sensibilidad. Grandes empresas, e incluso un partido político como Ciudadanos, tenemos un código de comportamiento en el que se dice que no se deben poner reuniones a determinadas horas. Yo de hecho sigo algunas políticas, dentro de mi vida diaria. Cuando mando un correo electrónico para concretar una reunión pongo la hora de inicio y la hora de fin de la reunión, eso también es importante, condensar lo importante y no divagar.
Yo recuerdo una reunión en la que me estaban ascendiendo, pero la reunión se estaba alargando mucho más allá de lo necesario. Aquel día yo me había pedido un par de horas porque era el Festival de Navidad del colegio y según iba avanzando la reunión me empecé a sentir presa de esa reunión, porque yo sabía dónde quería estar. Yo no me quería imaginar la cara de mi hija saliendo al festival y no viendo a su mamá. Creo que un empresario va a sacar mucha rentabilidad de mí si yo soy feliz, si me han conseguido fidelizar con ese tipo de políticas, si yo estoy produciendo con ganas y sabiendo disfrutar de mi vida personal.
Claro es mejor estar motivada… y además es que se ha comprobado que las medidas de conciliación son ventajosas para la empresa. Es importante que las empresas tomen conciencia de los beneficios y ventajas de implementar una política de conciliación. ¿Qué les dirías a los empresarios/as al respecto?
Yo precisamente desarrollé para la empresa para la que trabajaba el teletrabajo para grupos de personas y yo lo he visto con mis propios ojos, el absentismo cae drásticamente y la gente se vuelve mucho más productiva. La gente se encuentra mucho más fidelizada. La gente funciona.
No todos los trabajos exigen presencialismo, por tanto, el teletrabajo es una buena manera, porque además tiene otros muchos efectos positivos, por ejemplo, el cuidado del medioambiente porque te evitas traslados. Todos los efectos son positivos.
Pero una cosa es lo que se promueve y otra cosa es la realidad. Solo el 12% de las empresas de más de 250 empleados cumplen la Ley de Igualdad. ¿Cómo hacer que todos los agentes se impliquen en ello? ¿Quizá con un reconocimiento para aquellas empresas que realicen buenas prácticas? ¿Quizá con incentivos fiscales?
Yo creo mucho en la zanahoria y no siempre en el palo. Las zanahorias son más efectivas. Es bueno que una empresa que tenga buenas prácticas en tema de igualdad sea reconocida como tal. ¿Sabes de lo que me he dado cuenta yo con el tiempo, y lo digo porque yo también he ocupado puestos directivos antes de dedicarme a la política? Creo que es importante que las mujeres vayamos entrando en puestos directivos, porque las mujeres somos tendentes a reconocer a otras mujeres.
Es una cuestión generacional, que hombres y mujeres tengamos de verdad las mismas oportunidades va a llegar solo. Por supuesto vamos a pelear por ello, por dar visibilidad al valor y el trabajo de las mujeres. Yo espero que cuando mis hijas sean mayores esto ya no pase, porque no me gustaría que les siguiera pasando lo que nos pasa a nosotras cuando decimos “Ay que no llego…Llego a esto o no llego a lo otro” y acabamos el día con un estrés y con un cargo de conciencia que es como inherente a nosotras.
No todos los trabajos exigen presencialismo, por tanto, el teletrabajo es una buena manera, porque además tiene otros muchos efectos positivos, por ejemplo, el cuidado del medioambiente porque te evitas traslados.
Sí, es que nos hemos autoimpuesto ese rol nosotras… Nosotras mismas nos imponemos tareas de organización de la familia, que son actividades mentales de las que nos ocupamos mayoritariamente las mujeres. ¿Cómo podemos derrumbar esta desigualdad que nos autoimponemos? ¿La conciliación debe empezar por nosotras mismas?
Pero claro… porque no hemos profundizado tampoco nosotras en la corresponsabilidad parental. Es algo en lo que tenemos que profundizar para descargarnos, porque no tenemos por qué llevar este peso solo nosotras, es fundamental trabajar en eso.
Pero la corresponsabilidad familiar y el reparto de tareas en el ámbito doméstico aún tiene un largo camino por recorrer. Las mujeres ponen más lavadoras, cocinan más y también se implican más en los deberes de los pequeños.
Efectivamente… pero hay mucha gente que dice, sí, pero yo ya veo a muchos hombres… Sí… ves a muchos hombres y te llaman la atención… punto número 1. Punto número 2, pregúntales si forman parte del WhatsApp del colegio.
Eso todavía está lejos de ocurrir, pero yo esa sensación que tenía muchas veces de no llegar… que me la he puesto encima yo sola en muchas ocasiones, esa sensación no me gustaría que la tuviesen mis hijas, porque no es positiva. Tenemos que sentir que podemos llegar a todo. Yo cada vez siento más que, aunque tenga muchísimas cosas que hacer, sé que llego a todo. Creo que nos lo tenemos que decir también.
Claro que sí, nos lo tenemos que creer. Se ha hablado mucho de que el tiempo que pasemos con nuestros hijos debe ser tiempo de calidad. Hay muchos padres y madres que ven a los niños media hora antes de que se acuesten. ¿Con este panorama cómo se están educando nuestros hijos? ¿Qué podemos hacer para cambiar esta situación?
Es verdad que nosotras cuando éramos pequeñas… (no es mi caso porque yo viví en una familia atípica), nuestros padres trabajaban, yo tenía un padre muy implicado, que ha hecho de papá de verdad. Pero en las casas de la mayoría de mis amigas su padre estaba ausente y su madre estaba absolutamente a su disposición. Pero pensemos en eso, estaba a su disposición, ese era el rol de la madre. Ahora nuestros hijos no ven una madre a su disposición. Están para ayudarles en todo, porque una madre es así, pero también ven un modelo de conducta de alguien que se gana su propio dinero, es independiente y también tiene otros atributos y posibilidades. Es bueno que los niños puedan ver eso. Te lo digo porque no lo pongamos todo negro, porque antes los padres no se sentaban con los hijos a hacer deberes, ahora sí.
Y tenemos además mucha más comunicación con ellos…
Sí, ahora tenemos más confianza. Cuando nos ponemos a comer o a cenar con ellos. Esos momentos son muy importantes. Es un momento en el que puedes ponerte a hablar de lo que sea o puedes preguntarle… oye qué tal el día… todo depende de cómo lo enfoques. Yo creo que la gente cuantas más cosas tiene que hacer, más se organiza y más le saca jugo al tiempo. Creo que somos mujeres que le sacamos jugo a todo, a todos los momentos. Vamos todo el día con la lengua fuera, pero vamos saboreándolo todo.
Me organizo exactamente igual que se organizan todas las madres trabajadoras de este país, que es haciendo equilibrios, rentabilizando cada segundo, aprovechando cada minuto para poder ver a mis hijas.
¿Y Begoña Villacís cómo compagina la jornada laboral con la vida familiar? Con una agenda complicada, varias reuniones al día, atender a los medios, siendo además muy activa en las redes sociales que llevas tú misma… ¿Cómo te organizas en tu faceta de madre?
Siempre digo que el día que alcancemos la igualdad esa pregunta también se la harán a los políticos y no solo a las políticas. Y la gente me pregunta ahora…. Pero ¿tú no estás muy estresada no con todo lo que tienes que hacer, que te vemos en todas partes? Yo digo… yo es que llevo toda la vida muy estresada porque yo empecé a trabajar muy joven. Toda mi vida he trabajado, y toda la vida me he tenido que organizar, y me organizo exactamente igual que se organizan todas las madres trabajadoras de este país, que es haciendo equilibrios, rentabilizando cada segundo, aprovechando cada minuto para poder ver a mis hijas. Con mucha organización, saboreando cada minuto y sobre todo teniendo en cuenta cuáles son mis prioridades, que es lo realmente importante, ¿no? una de las razones por las que me he metido en política es precisamente por mis hijas. Cuando pienso en planes de futuro pienso en mis hijas. Soy capaz de aceptar las cosas, la verdad es que duermo poco, pero sí, estoy equilibrando.
¿Y en esa carrera de fondo te queda tiempo para tu ocio personal? Sabemos que sacas tiempo para hacer deporte o leer. ¿A qué dedicas el poco tiempo que te queda para estar sola?
Existe ese tiempo si estás dispuesta a sacarlo. Hay gente que siente que nunca tiene tiempo, pero el tiempo lo puedes buscar y lo puedes encontrar. A mí me gusta mucho hacer deporte, correr, me gusta el campo… encontrar momentos para leer, me gusta muchísimo la música. Me encanta quedar con mis amigas, que al final las pobres, cuando tienes tanta confianza, las más resentidas son ellas, porque vas postergando el café y postergando el café… ¿Pero sabes lo que pasa con las buenas amigas? Y eso lo tenemos muy claro las mujeres, que hemos ido tejiendo esas redes de solidaridad, que siempre están cuando las necesitas y, además, pasa con las buenas amigas que, aunque pasen meses no pasa nada, porque quedas y es como si no hubiese pasado el tiempo. ¡Y han podido pasar años! ¡Pero no ha pasado el tiempo con ellas!
Se puede decir de Begoña que es una mujer vital, preocupada por el futuro de sus hijas y dispuesta a trabajar y luchar por que este sea mejor. Salimos del despacho y me sorprende al señalar un lienzo embalado que, según me comenta, lleva seis meses esperando para poder pintarlo y colgarlo en la pared. Pero este hecho no le produce desasosiego, simplemente el día que tenga tiempo, lo pintará.
¿Ah que también pinta Villacís? No me extraña nada. Al fin y al cabo, la vida es un lienzo en blanco y parece que Begoña es una mujer dispuesta a pintarlo. Como decía Van Gogh:
“Muchos pintores tienen miedo al lienzo en blanco, pero el lienzo en blanco tiene miedo del pintor verdaderamente apasionado que se atreve y que ha roto el hechizo del no se puede”.